La pareja es el punto de partida de una familia. Al principio de la historia de la familia, cuando aún no existen los niños, la pareja es claramente identificable y muy valorada.
A medida que pasa el tiempo y con el nacimiento de los niños la pareja posee nuevas tareas y los roles se van modificando, ya que existen valiosas razones (los hijos) por las cuales hay que compartir el tiempo y la atención.
Sin embargo, Es de vital importancia que la pareja no pierda sus espacios y que los padres cuenten con su rol de padres y también puedan estar juntos como pareja.
Al inicio de la pareja, cada uno de los miembros tiene su estilo de vida, costumbres y formas de vivir en familia. En esta etapa ambos deben ser capaces de negociar para establecer una nueva y propia forma de vivir en familia y en pareja, con elementos que cada uno aporta de sus experiencias familiares.
La vida de pareja involucra también la necesidad de espacios personales para cada uno de sus miembros. Esto significa que cada uno tenga espacios de tiempo para desarrollarse como persona y aportar elementos nuevos para enriquecer la relación.
La expresión del afecto es uno de los aspectos fundamentales de la vida de pareja y en cierto modo define la opción de vivir juntos. Por lo general un hombre y una mujer hacen su opción de vivir en común en base a la necesidad de estar juntos y de expresar su amor. Las expresiones de amor y afecto constituyen un lenguaje común entre los miembros de la pareja, que permite que cada uno manifieste sus emociones y sentimientos.
Las formulas mágicas para mantener una buena convivencia a nivel de pareja no existen, sin embargo, deben existir las buenas intenciones y el interés de hacer de la relación un factor de vida armonioso con disposición al crecimiento diario, por esta razón, les presento a continuación, 10 factores claves con los cuales las parejas podrán evaluar su relación para así sobrevivir al paso de los años y a la rutina.
Saber si tú y tu actual pareja cumplen la mayoría o tienen algunas fallas, les permitirá hacer una previsión de futuro sobre la relación y mejorarla.
Se trata entonces de considerar diversos elementos:
1. Comunicación: Aunque lo hayan oído mil veces, no deja de ser cierto. Es imposible que una pareja funcione o ambos miembros se sientan felices con la relación si no existe una buena comunicación entre ellos.
Pero comunicarse no se refiere a hablar mucho, sino a poder expresarle a nuestra pareja nuestros sentimientos, inquietudes, proyectos…, y obtener un “feedback” por su parte. Si existe una buena comunicación es fácil resolver los problemas que van surgiendo y por lo tanto hay madurez en la relación.
2. Escuchar al otro: Si un miembros de la pareja habla sin parar y cuando el otro quiere contar algo suyo (¡aunque sea al trivial) su comentario es opacado, existe una gran falla entre ambos. Y no se trata de mantenerse callado y oír lo que el otro dice, sino de escucharle y tratar de entenderle.
Tu pareja debe saber que puede contarte cualquier cosa porque tú le vas a prestar toda tu atención. Saber escuchar les ayudará a comunicarse mejor, a crear lazos especiales de unión y complicidad entre los dos.
3. Ser empáticos: ponerse en el lugar del otro. Antes de juzgar una situación, por muy grave o absurda que parezca, es importante intentar ponerse en el lugar del otro, intentar sentir y pensar respecto a la situación.
Recordemos que nadie, nunca tiene la razón absoluta y siempre hay muchas versiones para la misma historia. Obviamente, tu pareja no puede ni debe comportarse igual que tú; enfadarte por todo lo que hace sin tratar de entenderle o intentar cambiarle es un error. Entender esto les ayudará a ser mucho más comprensivos el uno con el otro, más tolerantes y justos.
4. Tolerancia: libertad bien entendida. Debes ser tolerante con tu pareja siempre que su comportamiento o actitud sea honesta o no te haga daño física o emocionalmente. Este es uno de los puntos más difíciles de llevar a cabo, ya que normalmente, aunque la queramos para nosotros, nos cuesta mucho darle libertad a nuestra pareja. Cada miembro de la pareja tiene derecho a sus momentos de independencia e intimidad, a desarrollar sus proyectos, aficiones o ilusiones sin sentirse coartado por el otro.
Aunque te parezca lo contrario, controlar a tu pareja, querer estar siempre con ella o prohibirle hacer ciertas cosas simplemente por inseguridad, es lo que más puede alejarte de ella. Una pareja no supone un contrato de esclavitud sino de colaboración. La postura más generosa y beneficiosa para la relación es apoyar a la pareja de un modo constructivo en su desarrollo individual.
5. Desarrollo personal, no fusional. Es muy importante entender que aunque vivan en pareja, siguen siendo personas independientes, con personalidad y vida propias. Deben madurar y desarrollarse de forma individual para que exista un equilibrio en la pareja; ninguno debe vivir a la sombra del otro o ser totalmente dependiente de él. Se trata entonces de buscar el equilibro, donde, este desarrollo sea paralelo a nuestro desarrollo.
Para conseguirlo es básico que cuenten con objetivos comunes en la vida: casa, trabajo, hijos, viajes, vida en pareja, etc. Además, es importante que sientan la unión entre ambos como un hecho que va más allá de lo material, una conexión espiritual, una forma común de sentir la vida y la relación.
Al principio el enamoramiento y la pasión proporcionan esta unión especial; después hace falta algo más.
6. Tener vida social: Aunque al principio sólo deseen estar juntos, es fundamental que tengan vida social. Pero no solo de forma individual sino como pareja. Esto significa que tengan amistades comunes con las que puedan hacer planes, lo cual además podría extenderse también hacia la familia. El hecho de salir y divertirse juntos les hará sentirse bien, contarán con emociones y experiencias nuevas dentro de la vida de pareja. Además de ello, es importante que ambos sean capaces de seguir disfrutando de amistades propias, los cuales de forma honesta y sana enriquecerán su crecimiento personal.
7. Confianza: evita el desamor. Una relación sin confianza mutua no va a ninguna parte. No una confianza ciega sino racional. Si no tenemos motivos reales o probados para desconfiar, agobiar a nuestra pareja con nuestros miedos o inseguridades la apartará de nosotros. La falta de confianza dificulta las relaciones y hace difícil la convivencia, y por lo tanto se enturbia la relación, llegando a enfermarla.
8. Afecto: después de la pasión. Es imprescindible para que una relación sobreviva. Las carencias afectivas suelen terminar con muchas parejas. El afecto es la demostración del amor, fundamental una vez que el enamoramiento y la pasión empiezan a decaer.
Es muy importante tener siempre una actitud cariñosa hacia nuestra pareja y hacerle demostraciones de cariño aunque tengan muchos años juntos.
Recuerden y repitan siempre los detalles que una vez tuvieron mientras eran novios, porque el cariño es algo que debe cuidarse y cultivarse día a día, ya que es lo que más fácilmente se pierde con el tiempo y la rutina.
9. Sexo. Que el sexo funcione es un gran punto a favor para que una relación dure, pero tampoco debe serlo todo. Si sólo se basan en el sexo, difícilmente la relación crecerá más allá. Es importante que ambos disfruten de la relación sexual y tomen la iniciativa al buscar un encuentro. El sexo, como el cariño, también hay que cuidarlo, no volverse cómodos con el paso del tiempo.
10. Amor: saber dar y recibir. Amar es un acto de madurez, llegado a ser espontáneo y conciente a la vez. Es importante amar y dejarse amar, donde la interacción de este sentimiento engrandezca la relación y la lleve a mayores niveles de madurez. Tan importante es que nuestra pareja nos diga que nos quiere, como poder decirlo nosotros.
Lic. Miriam A. Padrón Q.
Psicóloga UCV