“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”
Pitágoras.
Con un rostro que refleja la emoción del primer día de clases, casi igual que cuando empezó el ciclo escolar en septiembre cientos de niños, adolescentes y hasta adultos regresan a las aulas de clases. Este suceso que se repite después de cada temporada de vacaciones y que no deja de ser muy, pero muy interesante, en muchos de ellos provoca situaciones de estrés que se manifiestan con miedo, inseguridad o mucha tensión.
Por ello, en este regreso a clases debemos prepararlos para este momento tan importante para ellos y ellas y tomar en cuenta que los primeros días, siempre son decisivos para su desempeño escolar durante todo el año.
Motivos por medio de los cuales el regreso a clases implica incertidumbre y estrés:
- Si es la primera vez que van a la escuela, el temor es total, sobre todo por la separación de los padres, la incertidumbre de un “supuesto abandono”, el desconocimiento de lo que es un sistema educativo, el conocer a un maestro o maestra que quién sabe cómo será y el enfrentamiento con muchos otros niños y niñas desconocidos no es nada fácil de enfrentar.
- Si regresan a nuevo ciclo escolar, el conocer al nuevo maestro o maestra y pensar en cómo será su relación con ellos y el extrañamiento del profesor anterior, sin que haya sido la más ideal.
- Si es después de un periodo vacacional intermedio, la incertidumbre y a veces el temor o la alegría de pensar que todo seguirá como antes dependiendo de cómo haya sido anteriormente.
- El reencuentro con los amigos queridos, pero también con los compañeros que no caen bien, con los que se tuvo alguna diferencia o con el “amor” del año anterior.
- La emoción de estrenar morrales, loncheras, uniformes, libros y todo tipo de útiles escolares que se presumirán a los demás.
- El temor a la disciplina que de alguna forma se rompe durante las vacaciones y que acarrea presiones a todos los familiares.
- La frecuente aversión a las tareas escolares.
- Experiencias previas no gratas en la escuela o con pasados maestros o compañeros.
- La presión en la escuela, la casa, las clases especiales y el control del tiempo minuto a minuto.
Es importante comprender que las vacaciones han permitido el cambio de ciertos hábitos, tanto alimenticios como del sueño, así como en la disciplina y los horarios, por lo que es necesario que se vayan ajustando poco a poco, antes del tan ansiado y a la ves tan temido día de regreso a clases.
Algunas Sugerencias:
- Conversar con los hijos sobre la importancia del regreso a clases y determinar con ellos lo que se espera de este año y cómo piensan lograrlo.
- Plantear el regreso a clases como algo positivo y muy importante.
- Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlas respetuosamente en todo momento.
- Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse.
- Responsabilizarlos sobre el cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de la solución de sus tareas escolares para evitar el desorden que es causante muchos problemas y tensiones familiares.
- Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Con frecuencia es importante incluir un complemento alimenticio para la merienda en la escuela, para que no les falten todas las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo.
- Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener el cuenta que los problemas para ellos son tan grandes e importantes, como lo son los nuestros.
- Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.
Elementos de la conducta que son importantes a considerar durante el año escolar, y que nos podrían indicar que nuestros hijos no se encuentren bien en la escuela:
- Llorar todos los días al entrar a ella.
- Orinarse cuando ya han logrado controlar este reflejo.
- Simular o presentar dolor de estómago, cabeza, náuseas y otros todos los días.
- Sentirlos desmotivados y tristes cada vez que salen de la escuela.
- Quejarse continuamente ante los padres sobre la conducta de maestros o compañeros.
- Presentar algún signo de violencia o maltrato.
- Detectar desmejora en las calificaciones sin motivo aparente.
Si alguna de las observaciones arriba mencionadas se presentan, entonces:
- Escuchar a los niños y niñas, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
- Hablar con maestros y directores y comentar los cambios de conducta inesperados.
- Ayudarlos y orientarlos en sus requerimientos.
- Comentar con los maestros sobre cualquier observaciones que tenga que hacer sobre las asignaciones y otras actividades de su hijo(a).
- Estimularlos y felicitarlos ante sus éxitos y orientar sus fracasos y errores para que aprendan de ellos.
- Hay que recordar que serán muchos los años que los niños estarán en la escuela y que esa debe ser una etapa de aprendizaje saludable y placentero y no de angustia y temor.
Cuando algunos “detalles” hacen la “diferencia”.
- El primer día de clases prepare alguna comida especial que resulte de agrado para sus pequeños.
- Otra de las costumbres preferidas de muchos papás es la de acompañar a su pequeño en su primer día de clases, de ser posible hasta la propia escuela, donde se lleva a cabo el difícil, pero necesario momento de despedida.
- Evidentemente, ninguno, ni el padre ni el hijo, quisieran separarse pero acceden pues saben que deben hacerlo. Es ahí donde el beso en la mejilla y un fuerte abrazo son gestos que los papás regalan a sus hijos.
- Un “buena suerte” o “Que Dios te cuide” son algunos de los buenos deseos que muchos padres suelen expresar a sus chicos.
- Otra idea podría ser tomarle una foto a su pequeño cada año en el primer día de clases.
Todas y cada una de ellas marcan la hora en la que se debe decir adiós a las vacaciones pero también, la hora de dar la bienvenida a un nuevo año escolar.
¡Éxitos sinceros, adelante!